Raúl Calle Benito, CFA
Estratega de Inversiones - Banca Selecta
Hace algunas semanas el estado de California (US) anunció la prohibición de la venta de autos nuevos
a gasolina a partir de 2035. Los analistas esperan que esta medida detone la transición masiva hacia
los autos eléctricos en Estados Unidos, ya que California representa el parque automotriz más grande
del país. Adicionalmente, varios estados típicamente siguen a California en la implementación de sus
propios estándares automotrices. Con ello, Estados Unidos se pone a la cabeza de la tendencia
mundial hacia la electrificación automotriz, por delante de Europa, Reino Unido y Canadá. Si bien
estos países vienen fijando metas de electrificación de la industria para 2035, aun no cuentan con
un mandato regulatorio propiamente dicho.
En paralelo, desde hace ya algunos años, pioneros en la industria como Tesla ofrecen una línea
completa de autos cien por ciento eléctricos, a la par que vienen desarrollando una red propia de
estaciones de carga. A ello se le suman los recientes esfuerzos de varios líderes automotrices
tradicionales, como Ford, General Motors, Toyota, Hyundia, BMW, quienes ya cuentan con algunos
modelos eléctricos y tienen planes para electrificar parte e incluso toda su línea durante la
próxima década. Acorde a ello, los analistas proyectan que antes del 2030 la industria automotriz
gastará alrededor de medio billón de dólares en ampliar su capacidad de producción de vehículos
eléctricos a través de la construcción de grandes cadenas de producción, mega fábricas y estaciones
de carga.
En cuanto a las ventas, en lo que va del año (hasta julio) se vendieron 4.9 millones de autos
eléctricos en todo el mundo, lo que representa un avance del 75% de las ventas totales de 2021. Más
resaltante aún son las ventas de julio, las cuales fueron de 778 mil autos eléctricos, representando
el 10% del total de autos nuevos vendidos en todo el mundo. Incluso, según recientes encuestas,
alrededor del 70% de estadounidenses muestran algún tipo de interés en comprar o alquilar vehículos
eléctricos en el futuro. Si bien inicialmente los primeros en adoptar la electrificación fueron
consumidores “ecológicos” (responsabilidad ambiental), actualmente el grueso de consumidores se ve
atraído por los menores costos de carga comparados a los autos a gasolina. Adicionalmente, ponderan
la conveniencia de recargar el vehículo en el hogar durante la noche en vez de tener que conducir
hacia estaciones de servicio.
El rápido crecimiento de esta industria presenta serios desafíos que deben enfrentar tanto gobiernos
como fabricantes. Por un lado, el costo inicial de un vehículo eléctrico aún es más elevado que su
par a gasolina, pero esto debería revertirse conforme la escala de producción aumente. Otro tema de
preocupación para los consumidores es la disponibilidad de estaciones de carga, las cuales son
insuficientes para abastecer al mercado, especialmente para los conductores que realizan viajes
largos fuera de las ciudades. Pero el desafío más importante es asegurar la disponibilidad de
materias primas para desarrollar la industria de autos eléctricos según las metas trazadas. Varios
fabricantes automovilísticos vienen anunciando acuerdos con empresas proveedoras de baterías y
productores de materias primas clave para el desarrollo de los automóviles eléctricos, con lo que
planean asegurar un porcentaje importante de sus necesidades de insumos. Sin embargo, la mayor
demanda podría presionar los precios de los insumos y provocar desabastecimiento, por lo que son
necesarios acuerdos y cooperación entre gobiernos para asegurar el abastecimiento y la cadena de
suministros.
La coincidencia de intereses de reguladores, productores y consumidores hacia los mismos objetivos
presenta a la industria automotriz al borde un cambio estructural de amplia base. La transición será
apresurada, con varios desafíos para productores, pero donde los pioneros en la industria como Tesla
se encuentran en una posición ventajosa y serán los referentes del mercado durante los próximos
años.
Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el mismo, son de exclusiva
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