Oscar Rodriguez Serrano,
Head de estrategia e inversiones en BanBif Selecta
Los precios de las acciones y de los bonos fluctúan diariamente en los
mercados de capitales y en algunos años pueden experimentar
movimientos significativos, por ello se les conoce como activos
riesgosos. Una muestra de ello fue el año pasado, donde el principal
índice del mercado accionario de Estados Unidos, el S&P 500, cayó
18.1% y el mercado de bonos de grado de inversión de ese mismo país
cayó 13.0%. No obstante, para entender los beneficios que ofrecen los
activos riesgosos, debemos evaluarlos en periodos de tiempo más
largos.
Volviendo a nuestro ejemplo del mercado de acciones de Estados Unidos,
si analizamos el periodo del año 1927 al año 2022, encontramos que el
rango de rendimiento anual ha fluctuado entre un máximo de 53% y un
mínimo de -44%, con un rendimiento promedio anual de 9.6% para todo el
periodo. Si bien el rango de rendimientos anuales ha sido muy amplio,
el rendimiento promedio ha estado muy por encima del 3.3% que han
rendido los instrumentos de corto plazo y también muy superior a la
inflación anual promedio de 3%. Si ampliamos los horizontes de
inversión a plazos mayores de 1 año, vemos que el peor rendimiento
promedio anual para un periodo de 10 años ha sido de -1.7% y para un
periodo de 20 años este rendimiento mínimo sube a 2.4%, es decir, en
periodos de 20 años la bolsa americana nunca ha tenido rendimientos
promedio negativos.
A lo largo de la última centuria, las acciones han tenido que
enfrentar eventos de alta incertidumbre como la gran depresión, la
gran crisis financiera y recientemente la pandemia del COVID, y en
todos estos casos han logrado recuperarse de las pérdidas iniciales y
retomar su tendencia de crecimiento. Es por ello que el profesor
Jeremy Siegel concluye en su célebre libro que las acciones son las
mejores inversiones para el largo plazo.
Llevando esta experiencia a nuestro proceso de construcción de
portafolios, queda claro que nuestra capacidad para invertir en
activos riesgosos dependerá en gran medida de nuestro horizonte de
inversión. Mientras más largo sea nuestro horizonte, mayor será
nuestra capacidad para soportar las fluctuaciones del mercado y
nuestra posibilidad de obtener rendimientos más altos. Otro factor
fundamental por considerar al momento de invertir nuestro patrimonio
es el beneficio que genera la inversión en diferentes clases de
activos, pero dejaremos el análisis de este tópico para otra
oportunidad.
Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el
mismo, son de exclusiva responsabilidad del autor. En ese sentido,
la opinión del autor puede no coincidir con la opinión de BanBif,
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