Camila Freire
Innovation | CX | Digital Mindset | Research
Comparto con ustedes 10 lecciones que he tenido a lo largo de
los años respecto a la salud mental
(especialmente en el
entorno laboral). No tengo necesariamente la fórmula secreta, y mucho
menos mi experiencia es la única, pero
he aprendido a tropezones a
cuidar de mi salud mental,
y solo espero que a alguien le resuene
alguno de mis consejos
y le sirva para aplicarlo a su contexto actual.
Importante decir que mis lecciones se basan tanto en experiencias
propias
(datan desde la época de la universidad), como también en
la experiencia de personas muy cercanas.
Aprovecho desde ya en agradecer a mis líderes, equipo y personas
cercanas que generan espacios saludables, permitiendome trabajar
y cuidar de mi salud mental.
Luego de esa breve introducción, aquí voy:
(1) La salud mental es integral, 360, esto significa que se va a ver
afectada por muchísimos factores, algunos que no podremos controlar.
Pero los que si podemos controlar son:
-
Nuestras horas de sueño, no las sacrifiquemos, y mucho menos
de forma constante.
-
Nuestra alimentación, tengamos una alimentación balanceada y
consciente que le ayude a nuestro cuerpo a ser nuestro mejor instrumento.
Esto no significa necesariamente hacer dieta, pero si brindarle a nuestro
cuerpo los nutrientes que necesita y en la medida necesaria para que
funcione de la mejor manera.
-
Mantenernos en movimiento, y con esto no me refiero necesariamente a
hacer un deporte (si lo hacen súper), podemos empezar por agregar un
poco más de caminata al día a día, ¿vas a la tienda? Deja las llaves
del carro y desempolva las zapatillas.
-
Ser conscientes de los estímulos (y personas) de los que nos rodeamos.
Vivimos en un mundo de sobre-estimulación, y es necesario reflexionar
sobre el tipo de mensajes y aprendizajes que recibimos de forma constante,
y cómo esto puede contribuir a la forma en la que percibimos la realidad
(en algunos casos sobredimensionando los aspectos negativos de esta).
-
En línea con lo anterior, es importante ser consciente de nuestras
emociones
(tal vez la parte más comúnmente asociada a la salud mental).
Saber reconocer y procesar nuestras emociones es a veces un ejercicio
difícil, sobre todo en un mundo que nos enseña a apagarlas, pero nos
permitirá reconocer posteriormente qué estímulos y situaciones nos hacen
sentir mal, y actuar sobre ello.
(2) Construyendo sobre lo anterior, es IMPORTANTÍSIMO que escuchemos
a nuestro cuerpo.
¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido mal, nos hemos
tomado una pastilla y a seguir? Ese temblor en el ojo, ese dolor de cabeza,
esa contractura en el cuello, es tu cuerpo diciéndote algo, escúchalo.
Si seguimos sin escucharlo, a tu cuerpo no le quedará de otra opción que darte
una tumbada para que descanses. Yo he estado en algún momento en esa situación
(not proud of it), y créanme que no es la forma más bonita de darte cuenta que
necesitas pausar.
(3) Encuentra actividades (hobbies) fuera (o no relacionado) del espacio laboral.
Si algo he aprendido en los últimos 5 años, es lo importante de construir una
identidad propia y multidimensional. Creo (opinión personal) que no debemos
definirnos únicamente por nuestro trabajo, o la carrera que estudiamos, y
justamente tener este tipo de espacios separados nos permite definirnos por
otro tipo de actividades.
¿Por qué creo que es importante esto? Porque es una forma de no depender
de una sola actividad/espacio para autoevaluarnos, y para generarnos
bienestar. Como dicen, no poner todos los huevos en una sola canasta.
Además, nos permite realmente desconectar de nuestras tareas y retos diarios.
Ojo, no tienen que ser hobbies que demanden demasiado esfuerzo necesariamente,
pueden ser actividades como pasar tiempo con la familia o escuchar música.
(4) Dedícate al menos una hora al día de CERO pantallas. Como mencionaba antes,
vivimos en una época de sobre-estimulación. Démosle un respiro a nuestra mente
encontrando actividades fuera de las pantallas: en lo personal, suelo dedicar
un tiempo al día a leer una novela, salir a correr, montar bici, caminar o solo
echarme a escuchar música en la sala. Al desconectarme del celular no calculan
lo mucho que descansa mi mente.
Creo que muchas veces pensamos que el punto 3 y 4 es para personas que “tienen tiempo”.
Yo también pensaba así, “tiempo libre significaba trabajo acumulado”. Pero luego
descubrí lo importante que es realmente generar estos espacios, y esto parte tanto
de la persona como del espacio laboral - líderes, promuevan y respeten estos espacios
en sus equipos.
(5) Y en esta línea, aprendamos a poner límites. Creo que NO es una de las palabras
más difíciles de decir, sobretodo cuando uno se encuentra en un contexto de desarrollo
laboral. Sin embargo, no poner límites no solo nos lleva a dañar nuestra salud física
y mental, también nos llevan a trabajar peor, tener peores resultados y terminar
odiando la tarea que estamos realizando.
Nuevamente, líderes, generen espacios seguros que permitan a sus equipos poner límites.
Ojo, poner límites también significa ponernos límites a nosotros mismos. No debemos
sobrecargarnos de actividades/responsabilidades, tenemos que saber cuánto podemos
hacer, y separar espacios para el descanso. Puede pasar que a veces se nos pase
la mano con la cantidad de actividades con las que nos comprometemos, o en las que
nos metemos, y en esos casos debemos aprender a soltar - no lo podemos hacer todo.
Es tal vez una de las cosas que más me ha costado hacer desde … siempre, y en ambos
sentidos, pero tal vez es uno de los aprendizajes que más agradezco.
(6) No tienes que saberlo todo. Recuerdo hace algunos años, conversaba con un amigo
que se estaba cambiando de trabajo y me dijo: “quiero un trabajo en el que no tenga
que siempre tener la razón, saberlo todo o incluso aparentarlo”.
Estar cómodos con el hecho de que no lo sabemos todo es el primer paso para el
aprendizaje y para desarrollar una mentalidad de crecimiento (growth mindset).
Tenemos que perderle el miedo a decir “no sé”, otra palabra/frase a veces muy
temida; y también generar espacios donde está bien no saber, pero además se brindan
los recursos para aprender.
(7) Está bien si no estás bien. Todos tenemos un mal día, todos nos sentimos
tristes, todos tenemos preocupaciones, y todos nos encontramos con situaciones
que nos sobrepasan. Esta va especialmente para los líderes y equipos, normalicemos
el no estar bien, y generemos espacios donde podamos decirlo abiertamente - y saber
que recibiremos el apoyo correspondiente-. Dejemos de catalogar a las personas que se
sienten mal como “emocionales” o “débiles”, esto sólo genera que las personas lleven
su malestar a niveles muy dañinos y tengan miedo de pedir ayuda.
Para ello también es importante hablar sobre salud mental. Normalizar este tema como
parte de la conversación diaria, y no solo como un problema que tocar en situaciones
de crisis (ej la pandemia). Informémonos y psicoeduquemos al respecto, todavía hay
mucha desinformación y estigma al respecto.
(8) Construyamos redes de soporte sólidas. Es importante contar con personas a las que
acudir cuando nos sentimos frustrados o angustiados. Estas personas pueden ser amigos/as,
familia, pareja, pero es importante contar con una red de soporte sólida que nos sostenga
en los momentos más importantes. En mi experiencia, no es necesario que la red sea muy grande,
lo importante es que sea sólida, que se componga por personas que te conozcan y que puedan
brindarte un lugar seguro al que llegar.
Un abrazo especial a mi red de soporte si alguno/a está leyendo esto.
(9) No repitamos patrones tóxicos. Cuantas veces he escuchado sobre el famoso “derecho
a piso”, que parte desde realizar las tareas que nadie quiere hacer hasta incluso recibir
tratos negativos porque “así me trataron a mi” o “para que aprenda cómo es realmente el
trabajo”. Muchas personas lo ven como una “iniciación” al mundo laboral, pero yo creo que
lo único que hacen es repetir conductas tóxicas que pueden llegar a generar mucho daño a las
otras personas. No hablo tampoco de generar burbujas o cajas de cristal, pero si de ser el tipo
de líder que nos hubiera gustado tener: enseñando y motivando, no intimidando o generando
presión innecesaria como forma de instrucción.
(10) Démonos un abrazo de vez en cuando. Lo estás haciendo bien, date el espacio para reconocerlo.
Tendemos siempre a ver hacia adelante y por ende ver lo que nos falta, pero a veces es importante
ver hacia atrás y mirar todo lo que hemos caminado. Estoy segura que eres una persona maravillosa
y a veces necesitamos que nos lo digan. Reconócelo y date un abrazo de felicitaciones por todo lo
que has logrado hasta el momento.
Bonus track, esta es una lección que he aprendido de mis lideres, y por la cual estoy muy agradecida:
Pongan siempre a la persona primero, por delante de cualquier tarea/pendiente. Hoy en día se habla
mucho de flexibilidad, y creo que la mayor muestra de esta ha sido la que me ha permitido poner
siempre mi salud, y la de mi familia, por delante.
Tengo la suerte de contar con líderes que me han incluso cuasi obligado a poner siempre mi salud
primero, por delante de cualquier pendiente, y eso habla de una empresa (y persona) que tiene las
prioridades bien puestas. Y para quienes se preocupan por los pendientes, esto genera también un
mayor compromiso y motivación para realizarlos luego; pero además, genera un ambiente de trabajo
saludable que contribuye a la salud mental de todo el equipo.
Muchas gracias por leer hasta acá, creo que es la primera vez que escribo algo desde un plano tan
personal.
Espero que alguno de estos consejos te resuenen, y si aún no has podido poner en práctica este tipo
de acciones: ¡no te preocupes! Trabajar en nuestra salud mental, y la de otros, es un proceso, lo
importante es que empecemos a hablar sobre ello.
Nota: El presente artículo, así como la
opinión vertida en el mismo, son de exclusiva
responsabilidad del autor. En ese sentido, la
opinión del autor puede no coincidir con la
opinión de BanBif, sus funcionarios,
directores, accionistas y/o empleados, así
como tampoco puede ser considerada como una
asesoría y/o recomendación de BanBif a sus
clientes o cualquier tercero.