Roberto Montero Leiva
Gerente de División Banca Patrimonial - BanBif
rmontero@banbif.com.pe
"Alguien está sentado bajo la sombra hoy porque alguien plantó un árbol hace mucho tiempo"
(Warren Buffett).
El cambio tecnológico que hemos vivido en la última década ha generado una revolución sin
precedentes en todos los aspectos de la vida y los negocios. La tecnología de la información ha
permitido que innovar sea cada vez sea más sencillo. La inteligencia artificial, concebida hacia
mediados del siglo pasado, ha mostrado un auténtico auge de investigaciones y patentes durante los
últimos diez años. En general, la tecnología ha copado cada aspecto de nuestras vidas, transformando
la manera como interactuamos con el mundo.
Es así como -en un contexto donde la innovación y la velocidad del cambio nos hace perder la
perspectiva de largo plazo- resulta clave replantearnos una nueva manera de identificar las
oportunidades de inversión. El atributo más importante de todo gestor de inversiones tiene que ser
su capacidad para identificar las tendencias globales, lo que significa eliminar todo el “ruido” de
mercado que nos distrae innecesariamente.
El punto de partida para identificar las principales tendencias globales es comprender el
comportamiento del consumidor y la dinámica de su entorno (“back to the basics”). En el primer caso,
el consumo está asociado a las características sociales, culturales y económicas de la población. En
el segundo caso, el entorno está regido por la globalización y sus efectos sobre las personas, los
negocios y el medio ambiente.
Cada uno de estos aspectos nos puede llevar a identificar diversas dinámicas de comportamiento que
generen tendencias o patrones futuros. Aterrizando esto en el ámbito de las inversiones, el enfoque
debe partir del típico análisis Top-Down, es decir, empezar por comprender las macro-tendencias
(asociadas con los cambios estructurales), para luego decantar en el análisis de las tendencias
específicas (micro tendencias).
Si bien hay muchas opiniones al respecto, podemos agrupar las macro tendencias en tres temáticas
estrechamente vinculadas: El cambio tecnológico, el cambio demográfico y el cambio climático.
Cambio Tecnológico
La tecnología ha acelerado de manera impresionante el proceso de innovación. La inteligencia
artificial, la digitalización y el “Internet de las cosas” vienen reduciendo dramáticamente la
necesidad de la intervención humana en muchos procesos, elevando exponencialmente la productividad
(eliminación del “middle men”).
La necesidad por estar permanentemente conectados se expande a casi todos los ámbitos de la vida
cotidiana y los negocios. Ni siquiera las “heridas” derivadas de la burbuja de las empresas
“punto.com” hacia inicios de siglo ha logrado disminuir el voraz apetito de los inversionistas por
este sector.
Oportunidades: “Internet of Things”, “Artificial Intelligence”, “As-a-service” (cloud), Redes
5G, ciberseguridad, realidad virtual / aumentada.
Cambio Demográfico
El cambio generacional es clave para comprender las tendencias del consumo. La digitalización está en
el ADN de estas nuevas generaciones, quienes están inmersas en el proceso de convertirse en
decisores a nivel familiar y empresarial. En contraste, la mayor longevidad conlleva a tener una
mayor cantidad de población anciana con hábitos y necesidades diferentes. Esto significa, en
resumen, mayor población y mayores necesidades. Regiones como China, India, África serán (son) los
nuevos mercados para las próximas décadas.
Por otro lado, el importante crecimiento de la clase media a nivel mundial, acompañado de la
fortaleza de las economías emergentes, viene transformando el mapa de la riqueza mundial. En el
último lustro, la tasa de crecimiento de la riqueza de estos países ha duplicado lo registrado por
los países desarrollados, llegando a representar el 25% de la riqueza mundial. Ello genera una
válida aspiración por tener un nivel de vida similar a los países desarrollados, impactando no solo
en el consumo, sino también en la expansión de las ciudades (urbanismo).
Oportunidades: Real estate, infraestructura, energía, commodities, fintechs, nuevo consumo básico,
farmacéuticas, biotecnología, transporte,
blockchains, herramientas de Home Office, redes sociales.
Cambio Climático
La economía busca satisfacer las necesidades humanas ilimitadas a partir de los recursos escasos.
Esta paradoja está cada vez más presente en las nuevas generaciones, quienes, conforme se van
convirtiendo en decisores, empiezan a poner sobre el tapete la necesidad de cambios regulatorios,
nuevos hábitos de consumo, protección del medio ambiente, entre otros temas. Esto a su vez se
entrelaza con el avance tecnológico para generar energías limpias y renovables.
Oportunidades: Inversiones ESG ( environmental, social and governance ), vehículos eléctricos,
semiconductores, energías renovables, agua, tecnología basada en el hidrógeno.
En conclusión, tener un enfoque de mega-tendencias a la hora de gestionar las inversiones nos
permite aprovechar los potenciales cambios estructurales (largo plazo) de la sociedad y enfocarnos
en aquellas industrias y sectores que tendrán mayor exposición relativa. El clásico enfoque de
portafolio (renta fija, renta variable, mercado de dinero) empieza a ceder terreno frente al
constante dinamismo del mercado global. Ello nos obliga a replantearnos la manera de gestionar las
inversiones, buscando un enfoque más holístico y sostenido, en donde el paradigma de la
diversificación quizás ya no sea necesario.
“En BanBif acompañamos sueños, generamos desarrollo”
Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el mismo, son de exclusiva
responsabilidad del autor. En ese sentido, la opinión del autor puede no coincidir con la
opinión de BanBif, sus funcionarios, directores, accionistas y/o empleados, así como tampoco
puede ser considerada como una asesoría y/o recomendación de BanBif a sus clientes o cualquier
tercero.