Rolando Luna-Victoria
Faro Capital SAFI
rlunavictoria@farosafi.com
Este mes se cumple 100 años de la creación del Banco de Reserva del Perú y vale la pena reconocer su
importancia hoy en día. Desde su creación, el Banco de Reserva enfrentó varias crisis, incluida el crash de
1929, evento que impactó negativamente al país. Luego de este evento, se convocó a la Misión Kemmerer para que
brinde asesoría al banco, y una de sus recomendaciones fue la de modificar varias fallas que tenía la ley que
creó el Banco de Reserva y planteó la creación del nuevo Banco Central de Reserva del Perú. Hoy en día, el
banco tiene como misión única la de preservar la estabilidad monetaria y para ello, entre otras acciones,
busca mantener la inflación entre 1% y 3%. A su vez, goza de autonomía del gobierno de turno.
La experiencia peruana nos ha enseñado que, si el Banco Central financia directamente los deseos de
endeudamiento del presidente de turno, no pasará mucho tiempo en que el Banco Central se desvié de su misión y
comencemos a ver incrementos de precios de manera permanente. Para ello, es vitalmente necesario que el Banco
Central sea autónomo del gobierno. El mercado financiero estuvo muy pendiente de la renovación o no de Julio
Velarde, como director del BCRP, dado que goza de muy buena reputación a nivel local e internacional.
Antes de la Ley Orgánica del BCRP de 1992 y de la Constitución del Perú de 1993, se tenían dos objetivos
adicionales: promover el crecimiento del PBI, el ingreso y el empleo, y fomentar el desarrollo de un sistema
financiero sólido. Nuestro país no se podía (ni se puede) dar el lujo de tener ambos objetivos: de mayor
crecimiento y de menor inflación a la vez, tal como lo tiene la Reserva Federal en los Estados Unidos.
Esta misión única de estabilidad monetaria ha permitido que los agentes locales y extranjeros posean un
entorno más estable para sus decisiones de consumo, inversión y financiamiento; y así, contribuir al
crecimiento de largo plazo.
Una variable que el BCRP afecta directamente es el tipo de cambio Dólar Sol (USDPEN). Sin embargo, no tiene
una meta explícita. En realidad, bajo el esquema de flotación sucia, se preocupa por la volatilidad del tipo
de cambio, mas no por un nivel en específico. El BCRP sabe que, si el dólar sube de valor, los bienes que
importamos para consumir se encarecen y esto se puede trasladar a mayores precios de venta del producto final.
Por ejemplo, cuando sube el dólar, sube el precio del maíz importado, y alimentar a los pollos, se hace más
caro, y ello afecta a la canasta básica familiar.
Cuando uno compara el desenvolvimiento del Sol Dólar y de la inflación peruana frente a sus pares de
Sudamérica podemos notar que nuestra moneda es una de las menos volátiles y que nuestras variaciones de
precios también.
En conclusión, luego de 100 años de creación, podemos decir que el BCRP logró adaptarse a la nueva coyuntura
económica, brindando estabilidad de precios a nuestro país. Ello permitió, que eventos negativos como el
COVID-19, tengan un impacto más suavizado.
Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el mismo, son de exclusiva
responsabilidad del autor. En ese sentido, la opinión del autor puede no coincidir con la
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